[Este articulo es parte de la serie “Mi Primer Año en el Ministerio Juvenil” que esta escribiendo Juan. Lee la parte 1, parte 2, y parte 3.]
El trabajo creativo y la programación de los eventos o series en el ministerio juvenil agotan. Tenemos que pensar, imaginar y usar de nuestras emociones para lograr algunos resultados.
Por ejemplo, sí vamos a programar un culto de jóvenes, tendría que ser creativo, lo más fácil es hacerlo como el formato adulto, pero en este caso es para jóvenes, que involucra otro tipo de ideas que puedan servir para comunicar lo que queremos. O si queremos transmitir nuestras metas o hacía donde queremos ir, emocionalmente debemos impulsar a nuestra iglesia para mencionarles a donde queremos llegar, y de preferencia debemos estar con ánimos, entusiastas y con una sonrisa sincera de lo que pretendemos hacer.
Pero si lo hacemos con apatía, con inseguridad, con temor, entonces la audiencia se dará cuenta que sólo estamos dudando de lo que queremos.
Pero el trabajo no queda ahí, no es sólo organizar eventos, también tenemos que ir más allá, como pastorear a los jóvenes, citarlos en algún lugar para platicar, relacionarnos con la familia, preparar las lecciones para los jóvenes, comenzar a pensar si estamos caminando por el rumbo correcto, etc.
Es ahí donde comienza a ser agotador el trabajo, y más cuando se trata de personas, que vienen hacía nosotros por consejos, dudas que tienen, explicación en cuanto pasajes de la Biblia, etc. Ah y también de lo que debemos de hacer en el Ministerio, o personas que preguntan, Pastor ¿Y usted qué hace en el día? porque sólo lo veo saliendo a jugar con los muchachos, como si eso no fuera trabajo. Así que también tenemos que responder a este tipo de personas.
En fin, son tantas cosas por hacer, que primero debemos saber que nosotros contamos, que nosotros tenemos que dar lo mejor, que tenemos vida propia, que para dar tenemos que recibir. No podemos dar lo que no tenemos. Tenemos que estar saludables física y emocionalmente sanos para dirigir el ministerio juvenil.
Así que te daré algunas recomendaciones prácticas para mantenerte fresco.
Si puedes, tomate algún día descanso, en mi caso como pastor profesional de tiempo completo lo hago los días lunes, después de una jornada intensa de fin de semana. Pero a lo mejor eres voluntario o de medio tiempo. De todas maneras puedes tomarte tiempos o momentos para hacerlo.
- Sal a correr, esto te impulsará. El ejercicio es vital para estar bien, aprovecha media hora para hacerlo, puede ser en las mañanas o por las tardes, no por el ministerio, sino por tu salud.
- Aprovecha los momentos de soledad. Si tienes playa es mucho mejor para salir a caminar, en un bosque puedes encontrar aire fresco, o en el parque es propicio para un ambiente tranquilo.
- Lee un libro. Que no sea de ministerio juvenil, sino que te divierta, que alimente tu creatividad, tampoco que sea tan técnico. A lo mejor una novela estaría mejor para comenzar.
- Sal con un amigo. No hables de ministerio, ni de los programas que harás, simplemente de las cosas sencillas que ocurren en la vida, o de ti mismo.
- Busca divertirte. En el cine, en la playa, en el parque, en un deporte, esto te mantendrá emocionalmente sano. ¡No es pecado reír!
- Descansa. A lo mejor te has desvelado demasiado, busca una hamaca para descansar, o algún sillón. Y pasa los mejores momentos durmiendo. ¡Tampoco es pecado descansar de día!
- Recarga tu vida espiritual. Lee tu Biblia en voz alta, y escucha lo que Dios te dice. Ora y habla con Dios sobre ti, de tus dudas, temores, alegrías, intereses, etc. Casi a diario oramos por los demás, pero también hace falta pedirle a Dios por nosotros mismos. ¡Tampoco es ser egoístas!
En fin, a lo mejor tienes más ideas, así que puedes compartirlas… para que me sirvan en mis momentos libres.