En la Licenciatura en Ministerio Juvenil, estamos viendo una materia que se llama “Misiones Contemporáneas con Jóvenes.” Se trata de como involucrar a nuestros jóvenes en las misiones transculturales, y uno de los libros de texto que estamos leyendo es “Alegrense las Naciones: La Supremacía de Dios en las Misiones,” por John Piper.

Esta semana estuvimos platicando en clase acerca del primer capítulo que habla de la adoración y las misiones, y dos de las frases que mas me llamaron la atención fueron las siguientes:

Nunca declarara, “¡Alegrense las naciones!,” el que no puede decir con todo su corazón, “Me regocijo en el Señor…me gozare en ti, cantare alabanzas a tu nombre, o Dios Altísimo.” Las misiones comienzan y acaban en la adoración.

Cuando la gente no esta asombrada por la grandeza de Dios, como puede ser enviada con el mensaje que declara, “¡Grande es el Señor y digno de alabanza, más temible que todos los dioses! (Salmo 96:4)

Esta verdad nos aplica también a nosotros como líderes juveniles. Antes de llevar a los jóvenes a adorar al Dios todopoderoso, tenemos que dejarnos ser asombrados por su grandeza. Tenemos que pasar tiempo buscando su majestad, y luego podemos atrevernos a guiar a los jóvenes hacia El.

Te reto esta semana a buscar la grandeza de Dios. Puede ser en un amanecer, una noche con el cielo lleno de estrellas, en la playa, o en cualquier otro lugar. Dios nos esta demostrando su gloria siempre. Buscalo, y te sorprenderá.