Una conversación que he tenido últimamente con otros líderes juveniles ha sido la falta de participación de parte de los papás cuando se trata de discipular intencionalmente a sus hijos.
Me puse a pensar en algunas razones por las cuales los papás no se involucran en las vidas espirituales de sus hijos y quisiera compartir mis pensamientos a continuación.
- No saben que deberían involucrarse – ¿podría ser que los papás creen que discipular a todos es el trabajo de la iglesia? Algunos podrían pensar que la formación espiritual se hace los domingos en una clase de Escuela Dominical o en las reuniones de los sábados y que con esto es suficiente.
- No saben que hacer para discipular a sus hijos – tal vez saben que tienen que participar en la formación espiritual de sus hijos pero no saben por donde empezar o que hacer. Una parte de nuestra responsabilidad como iglesia es entrenarles a discipular a sus hijos.
- Creen que no queremos su ayuda (o no la necesitamos) – un problema con tener un pastor de jóvenes en la iglesia es que muchos empiezan a pensar que ahora le pagan a alguien por enseñar la Biblia a sus jóvenes. Esta persona ahora tiene su plan y no necesita ayuda. Tal vez no quiere la ayuda de los papás. Sin embargo, los pastores de jóvenes entendemos la necesidad de la participación de los papás.
- Les falta madurez espiritual – algunos papás creen que no tienen el nivel de madurez suficiente para enseñar a sus hijos. Algunos tienen poco tiempo en la fe. Otros no son cristianos, y por eso no creen que sea necesario discipular a sus hijos.
- Han intentado pero sus hijos no tienen interés – un obstáculo que los papás enfrentan es que algunos de sus hijos no quieren hablar de cosas espirituales. Nuestro trabajo es ayudar a la familia a crear un ambiente positivo para que los papás e hijos puedan crecer juntos.
La relación entre padres y jóvenes es importante para el crecimiento espiritual. Uno de mis amigos escribió hace poco que “un joven puede madurar espiritualmente aun a pesar de sus padres (en el peor de los casos)” pero que tenemos que enfrentar a los padres cristianos con lo que la Biblia enseña.
“No somos suficientes para la vida de los jóvenes.” Los papás juegan un rol importante en la vida espiritual de sus hijos.
¿Cuál de estas razones has visto mas en los papás de tu iglesia?
Creo que hay algo muy común que sucede con los padres, al menos con los de la mayoría de los chicos y chicas que discipulo, y es que los padres consideran que los líderes de jóvenes estamos para “arreglar” a sus hijos y “devolvérselos” como ellos tanto lo desean.
Siempre he considerado que la educación se da primero en casa y luego en la escuela, y también asi sucede con el tema del discipulado.
He tenido ya varias experiencias donde los padres de familia me llaman a contarme las cosas malas que estan haciendo sus hijos, esto involucra siempre: “no hacen la tarea”, “deja el cuarto desordenado”, “no me ayuda mucho en la casa”, “siempre anda metido en el celular”, etc… y terminan con la frase “será que puedes hablar con el/ella”. Al prinicio siempre respondía “con mucho gusto, yo me reúnire con el/ella para ver que está pasando”, sin embargo con el tiempo me fui dando cuenta que yo estaba siendo partícipe de una generación de padres que se quieren desentender de sus hijos y sobretodo de su formación; empecé a aconsejar a los padres y empoderarlos, haciéndolos saber que yo simplemente soy una guía pero la mayor autoridad después de Cristo sobre la vida de sus hijos, son ellos, que existen limites que ellos tienen todo el derecho de poner y se deben respetar y si no es así pues que existan consecuencias, obviamente que estas sean razonables y que no contengan ningún tipo de agresión, pero si disciplina.
A raíz de esto muchos padres se abrieron conmigo expresandome que se sentían con poca moral y autoridad debido a situación que ellos vivieron en su adolescencia y una puerta se abrió para que incluso aquellos que no conocían de Cristo lo pudieran conocer.
Me parece a mi que un gran porcentaje del discipulado juvenil incluye a los padres.
He tenido también la experiencia de ver a padres cambiar de actitud frente a sus hijos después de verlos predicando o hablarles de lo que sus hijos realizan en la iglesia, muchas veces no lo pueden creer porque se han desvinculado de tal manera que no los conocen realmente.
Mi consejo es, poco a poco, involucrarlos.