Estas semanas han sido llenas de actividades para mi y mi familia. Siempre me enfoco los primeros días del año en las metas que quiero cumplir y el trabajo que tengo que hacer para empezar bien el año.
El resultado puede ser que estoy tan enfocado en lo que tengo que lograr que no tomo el tiempo para reconocer a Dios.
El otro día leí de nuevo Salmo 19:1 que dice, “Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento proclama la obra de sus manos.”
Al leer este versículo, pensé en mi vida y me pregunté a mi mismo, “¿Estoy concentrándome en la obra de Señor o en mis propias metas.” Cuando estoy enfocándome solo en mis metas, mi mirada no está puesta en los cielos o en el firmamento, sino en los objetivos del día o semana.
Sé que el versículo que menciono arriba quiere recordarnos que la creación de Dios le alaba, pero en esta etapa de mi vida, creo que Dios también quiere enseñarme a fijarme en Él, mirando hacia los cielos y viendo Su gloria.
No es fácil buscar la gloria de Dios cuando uno está muy ocupado en sus propias cosas, y el ministerio a veces nos pone en una posición de bajar la cabeza para trabajar.
Hoy te quiero animar a alzar tus ojos, mirar al cielo, y buscar a Dios para que le puedas glorificar.