Todos tenemos la responsabilidad de estar listos para ministrar a jóvenes y adolescentes que están pasando por una crisis, pero no todos tenemos toda la capacitación o la experiencia para hacerlo adecuadamente.
Este artículo del blog de Aaron Crumbley es muy bueno para ayudarnos en estas situaciones de crisis. Si lees ingles, sugiero que vayas a su artículo para leerlo todo, pero te dejo las cosas que me llamaron la atención (que fue casi todo lo que escribió).
- Incluye a los padres – Diles a los estudiantes que sus padres tendrán que estar involucrados. Dile al joven que tienes la responsabilidad de avisar a alguien mas de la situación. Nunca puedes decir, “No se lo contare a nadie.” Nuestra primera opción siempre es buscar ayudar al adolescente a contar su problema a sus padres. Puedes ir con el para que se lo diga a sus papás, pero es necesario que sus padres estén involucrados.
- Referir la situación a un profesional No somos profesionales. Si sientes que un adolescente o joven necesita la ayuda de un profesional, habla con sus padres y ayudales a buscar ayuda profesional.
- Sé paciente (1 Tesalonicenses 4:15) – Habra momentos cuando el joven que busca ayuda repite la misma acción que lo llevó al problema. El hecho que tu hayas pasado tanto tiempo con el platicando, aconsejando, y orando hará que esta repetición del pecado u otra acción sea muy difícil para ti. Sé paciente. Sé un modelo del amor de Jesús para él.
- Ora sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17) – La oración siempre debería ser tu primera respuesta. Dios tiene increíble planes para tus jóvenes, y quiere que seas parte de ellos. Tenemos que seguir en comunicación con El, buscando las respuestas que solamente vienen de Dios.
- Escucha bien y haz preguntas (Santiago 1:19) – Los jóvenes que están pasando por situaciones difíciles necesitan que hagas estas dos cosas mas que cualquier otra cosa. Es una tentación muy grande abrir la boca para dar consejo, pero tomar el tiempo para escuchar y preguntar les ayuda mucho. No hay muchos adultos que tomen el tiempo para escuchar profundamente a un joven.
- Recuerda que solo Dios puede cambiar el corazón (Filipenses 1:6) – Estas leyendo esto porque quieres que Dios haga algo increíble en la vida de los jóvenes. Dios te va a usar en su obra. Tenemos que recordar que aunque Dios nos usa a nosotros, solo El puede cambiar el corazón de los jóvenes. Dios es fiel, y cumplirá sus promesas para perfeccionar la obra que ha comenzado en sus vidas.
Estas son algunos consejos para ministrar a los adolescentes y jóvenes que están en crisis. Aaron también escribe de algunas cosas que puedes hacer si el joven esta en peligro y viene a pedir tu consejo. Te invito a leer mas en su blog.