Cada semana cuando vamos de compras, mis hijos y yo nos detenemos unos momentos en la sección de mariscos para ver las langostas vivas en el agua.
Cuando las vemos del lado del tanque parecen grandísimas. Mis hijos siempre piensan que son mas grandes de lo que son y que hay dos o tres mas en el tanque de lo que realmente hay. Sus mentes y ojos les decepcionan y nunca me creen cuando les digo que solamente hay dos o tres langostas en el tanque.
Desde su perspectiva, las cosas del otro lado del vidrio son mas grandes y mas en numero.
Lo Que Vemos desde este Lado del Vidrio
Nos pasa lo mismo con muchas cosas…especialmente el pecado y el éxito. Por alguna razón, el pecado de los demás casi siempre parece mas grande que nuestro pecado, y los éxitos de alguien mas parecen mayores que los que vemos en nuestras vidas.
Muchas veces pensamos que los pecados en la vida de alguien mas son mas en numero que los que están en nuestra vida y esto nos lleva a sentirnos mejores que ellos, aunque usualmente cometemos los mismos pecados que ellos, sea en publico o privado.
Y con el éxito–a veces parece que lo que Dios esta haciendo en la iglesia de la siguiente calle es mucho mas grande y mejor de lo que esta pasando en la nuestra. Nos sentimos mal porque solamente vemos nuestros fracasos y los comparamos con “el éxito” de alguien mas.
Los pecados de otros no son peores que nuestros y los éxitos de otros no son mejores. – (Da clic para compartir en Twitter)
Comparar es Fatal
Tenemos que dejar de comparar estas cosas. Mis pecados y tus pecados se deberían comparar con la perfección que Dios quiere que alcancemos. No “somos mejores” porque cometemos menos pecados o porque los que cometemos parecen ser “menos peores.”
Tampoco somos inferiores porque nuestros ministerios no son tan grandes como los de alguien mas. Tu ministerio tiene que ser el mejor que puede ser. Esfuérzate, capacitate y haz lo mejor que puedes con lo que tienes, pero deja de comparar lo que esta pasando en tu vida con lo que esta pasando en la vida de alguien mas. Esto solamente te detendrá, y estoy seguro que Dios no quiere esto.
¿Has caído en la trampa de comparar?
Te invito a suscribirte para recibir los recursos cada dia en tu correo electrónico.