Autor invitado: Fausto Liriano

Muchos me consideran un pastor de jóvenes, a mi me gusta esta versión: Alguien me dijo hace unos meses: “Loco, en la forma en que te vistes no pareces pastor.” Yo le conteste: “Esa es la idea.”

Los pastores espantan hasta a sus propios miembros. Es esa maldición de los estratos sociales eclesiales donde un tipo está por encima de todos, que pone un velo entre los miembros y el que les sirve. ¿Tendrá Cristo que morir otra vez para romper ese velo? ¡Pues no! Hay que hacer el esfuerzo. Como dice Mike Breen: “El verdadero líder cristiano de frente es una oveja y de espalda es un pastor.”

Nada… como he pasado por algunas cosas en el ministerio con jóvenes, me gustaría compartir unas cuantas con ustedes que quizás están en medio de la lucha sin cuartel (máscara contra cabellera) que a veces parece ser el ministerio juvenil.

¿Por qué será tan difícil?
Si estás haciendo las cosas bien pues…será difícil. Te verás luchando con gente que muestra oposición: “LOS ADULTOS” (o los viejos de la iglesia, como le llamarías). Gente que se mostró como que te apoya de repente no te entiende, y cree que… te pico un bicho raro que no tiene nada que ver con el dengue. Podrías hacer muchas cosas, pero recuerda el quinto mandamiento: NO MATARAS. Si están opuestos es por una sola razón: no entienden.

¿Qué haces en ese caso?

Ora, asegúrate que lo que estás llevando a cabo tiene el apoyo de Dios, ¿lo tiene?

Entonces entiéndelos
Actúan de esa manera porque creen que lo que estás haciendo afecta sus tradiciones, que eres un rebelde: demuéstrales lo contrario. Denigrar sus tradiciones o su edad no ayuda en nada, pero demostrarles que una vez pasaron las mismas luchas que tú (y lo hicieron) ayuda mejor. Tomará tiempo pero valdrá la pena.

Entonces: Pasa todo el tiempo que necesites explicando, lo van a entender unos años después pero entenderán. En mis primeros años en el ministerio juvenil pase meses teniendo dos o tres reuniones a la semana, de 8 pm a 11 y media de la noche, no fue nada fácil pero yo creía en lo que estábamos haciendo.

Lo Que Quiero Decir Es: ¡Se Persistente!
En estos momentos, entre todas las cosas, tiene preferencia la siguiente: ME VOY A CAMBIAR DE IGLESIA. Al menos que te boten (como pasa a veces) no lo hagas. Pero, si te vas “¿A quién enviaré?” (Isaías 6:8) Te aseguro que Dios tendrá a alguien, pero ¿por qué tú no? Así que apréndete todos los versículos de fortaleza que hay en la Biblia (algo así como Filipenses 4:13, Juan 16:33, etc.) y dale pa´ llá.

Esto va a sonar duro pero: Comprométete con el sufrimiento que viene con la oposición y la falta de entendimiento. Estos versículos te ayudarán a entender esto mejor: “Así que tú, hijo mío, fortalécete por la gracia que tenemos en Cristo Jesús. Comparte nuestros sufrimientos, como buen soldado de Cristo Jesús.” (2 Timoteo 2:1, 3) “Sé diligente en estos asuntos; entrégate de lleno a ellos, de modo que todos puedan ver que estás progresando” (1 Timoteo 4:15)

No hay fórmula para el ministerio con jóvenes, principalmente cuando los cambios sociales están pasando a la velocidad de la luz. Cuando crees que sabes algo ya tienes que aprender otra cosa.

(Foto por R’eyes’ en flickr)


Fausto Liriano es pastor de El Círculo (www.circulojuvenil.com) una iglesia donde la mayoría son jóvenes entre 15-30 años. Es Licenciado en Publicidad, un surfer frustrado, y vive en Santo Domingo felizmente casado con Noelia y disfrutando de ser padre de Benjamín. Su blog: www.veldugo01.com