Cuando mi esposa estaba embarazada con mi primer hijo, la lleve a hacerse un ultrasonido de cuatro dimensiones. Estos estudios son tan poderosos que te dan una idea no solamente del salud de tu bebe sino de su apariencia. Es este tipo de estudio que Dios nos hace cuando nos llama a servirle.

En 1 Samuel 16 vemos que Dios esta escogiendo un nuevo rey para el pueblo de Israel. El profeta Samuel va a la casa de Isaí y encuentra allí a siete hombres quienes han sido probadas en la guerra—hombres que son parte del ejercito del rey Saul, y hombres que parecen como buenos candidatos para ser el próximo rey. Pero Dios tiene otros planes.

Dios le dijo a Samuel, “No te dejes impresionar por su apariencia ni por su estatura, pues yo lo he rechazado. La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.” Y por supuesto sabemos el resto de la historia. Sabemos que Dios, con una decisión que sorprendió a todos, escogió a David, el mas chiquito de todos, para ser el próximo rey de Israel.

Es una increíble bendición que Dios se fija en el corazón y no en nuestros habilidades, talentos, o experiencia para llamarnos a servirle.

Pero al mismo tiempo el hecho de que se fija en el corazón puede ser algo que da miedo. Significa que Dios ve nuestro interior y las partes mas intimas de nuestro ser. Si Dios se esta fijando en tu corazón, ¿Qué va a encontrar?

Si los médicos usan una maquina poderosa para ver como se va a ver un bebe antes de que nazca, ¿Cuán más poderoso es la mirada de Dios cuando Él nos ve a nosotros?

Creo que cuando Dios nos llama a servirle, ve nuestros corazones como un artista ve una hoja de papel. Lo ve como puede ser y no solamente como es. ¿Es tu corazón moldeable? ¿Estas dispuesto a que Dios cambie tu corazón para usarte en Su obra? Sabemos que David no era perfecto, pero sabemos que estaba dispuesto a ser guiado por Dios.

En Salmo 139:23-24 David escribió esta oración que quiero que sea mi oración esta semana:

Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón; ponme a prueba y sondea mis pensamientos. Fíjate si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.

¿Y tu? ¿Cómo esta tu corazón?