Estoy escribiendo esta entrada desde un avión en alguna ubicación arriba del Golfo de México. Por fin estoy de vuelta a México y a escribir aquí en ministeriojuvenil.com.

Han sido unas semanas increíbles de mucho trabajo y de bendiciones visitando diferentes iglesias y compartiendo lo que Dios esta haciendo en la vida de los líderes juveniles de toda América Latina.

Sentandome en el avión con mi familia, escuchamos los mismos mensajes de seguridad que siempre escucho cuando viajo. Es algo repetitivo, pero siempre les pongo atención porque mi hijo mayor siempre me avisa que es algo muy importante (y tiene razón).

Como siempre, el video nos dio el siguiente mensaje:

“En caso de que sea necesario, mascarillas de oxígeno caerán del techo. Por favor, coloque su propia mascarilla antes de ayudar al niño que viaja contigo.”

Pienso que es un buen consejo para los líderes juveniles, también. Hay tantas cosas que tenemos que hacer, tanto en el ministerio como en la vida.

En mi caso cada mañana es un diluvio de cosas que compiten para mi atención. Si no son mis hijos son las cosas del trabajo o los correos electrónicos, y ni hablar de los mensajes en Facebook y Twitter. Si no tomo una decisión intencional de “ponerme la mascarilla” y respirar el aire fresca que viene de pasar tiempo con Dios y Su Palabra, no puedo esperar ser un papá, maestro, o líder eficaz.

Lo mismo pasa en tu vida y tu ministerio. Si no te pones la mascarilla de oxígeno primero, no ayudarás a tus jóvenes.

Te invito a tomar la decisión intencional de buscar primero a Dios para tus propias necesidades y después podrás ayudar a otros. Si no estas bien con Él, ¿Cómo esperas hacer un impacto en la vida de tus muchachos?

Sugiero que leas los artículos que escribí en la serie, “El Líder Juvenil y la Biblia.” Te ayudarán a pasar tiempo con La Palabra de Dios y ponerte la mascarilla.