El otro día estaba tomando café con mi amigo Gerardo en nuestro lugar favorito, y empezamos a hablar de la experiencia de muchos jóvenes (y adultos) los domingos en el templo.
Muchos llegan, escuchan al sermón y la música, sonrían a los “hermanos,” y se van. No son parte de la comunidad de la iglesia porque no hay nada de comunión entre ellos y los otros asistentes.
De hecho, mucho de lo que hacemos como iglesia no nos ayuda a formar las relaciones que son una parte esencial de lo que significa ser iglesia.
Cuando vemos la iglesia en el Nuevo Testamento, vemos a una comunidad viva de hermanos que compartían todo, pasaban tiempo juntos, y generalmente eran un grupo de personas con muchas cosas en común. (Hechos 2)
Me imagino que las conversaciones diarias entre los creyentes en las primeras iglesias eran más profundas de las que la mayoría de nosotros experimentamos el domingo antes y después del culto. Supongo que hablaban de sus vidas, de sus victorias y luchas, y especialmente de la manera en que su fe en Cristo les estaba ayudando con la vida cotidiana.
Mi amigo Darwin dijo esta semana que, “La autopista de la misión de Dios son las relaciones.” Es más probable que este nivel de relaciones suceda en Starbucks[^1] que en el edificio donde se reúne la iglesia. De hecho, yo diría que hay mas oportunidad de ser iglesia en un Starbucks que en el templo.
Dios nos ha llamado a amar los unos a los otros (Juan 13:34). Nuestra responsabilidad es buscar relacionarnos de una manera significante. Esto no sucede en una hora los domingos en el templo. Aún nuestros mejores intentos de organizar grupos pequeños fallan (en muchos casos) en crear el tipo de relación estrecha que creo que Dios quiere para sus hijos.
Cualquier día de la semana podemos ver a personas en los Starbucks del mundo, platicando, riéndose, llorando, y escuchando profundamente a sus amigos. Estos son los tipos de relaciones que Dios quiere para sus hijos, y son las relaciones que muchos buscan a diario y no encuentran en la iglesia.
Puedo pensar en muchas ideas y cambios que podríamos hacer para mejorar como nos relacionamos en la iglesia, pero lo dejaré para otro día. Hoy solo quiero que pienses en fomentar relaciones que llevan a los demás a la madurez espiritual.
¿Realmente se están proveyendo oportunidades en tu iglesia para que los jóvenes (y adultos) puedan ser escuchado y aconsejado? O ¿Dejamos que busquen esto con su café?
[1]: Starbucks es es una cadena internacional de café fundada en Seattle, Washington. Es la compañía de café más grande del mundo, con aproximadamente 17.800 locales en 50 países (vía wikipedia).
Muy cierto lo que nos sugieres, xq la mayoría de las veces las relaciones en las iglesias es muy superficiales o circunstanciales entre los hermanos, y eso no ayuda a generar una mayor empatia.
Como tú lo mencionas, a veces es necesario salirse del entorno y generar una relación más estrecha, más personal,más relajada, con esa confianza de poder abrir nuestro corazón, compartir experiencias y que mejor que disfrutando un delicioso café.
Pues ahora, a ponerlo en práctica!!!.
Provechito!!?????
Así es. Incluso el evangelismo más efectivo, no es el que se desarrolla en campañas multitudinarias de milagros, sino el que sucede a través de las relaciones. Para darse cuenta de esto no hay que ir muy lejos. Es suficiente con responder las siguientes preguntas: ¿Cómo llegan a la iglesia la mayoría de feligreses? ¿Llegan porque les entregan sus vidas a Cristo en una campaña evangelística o porque un amigo, vecino, primo, compañero de trabajo (o algún otro conocido) les invitó un domingo al culto o les habló de Cristo? La iglesia no se trata de EVENTOS, se trata de RELACIONES!