Hay un peligro comun en muchos líderes de la iglesia. Este peligro tiene que ver con lo que hacemos con los otros líderes que surgen de nuestros propios grupos. Tenemos miedo de que haya un líder más popular o mas eficaz que nosotros, y como resultado, oprimimos a los líderes emergentes y no les damos oportunidad de desarrollarse en el ministerio.

¡¡¡Esto no debe ser!!!

Si nuestro deseo es ver a nuestros jóvenes llegar a la madurez espiritual y queremos que sean como Cristo, naturalmente vamos a verlos convertirse en líderes. Nuestro trabajo es desarrollar a los líderes de la proxima generacion, no crear nuestro propio reino en el cual nadie mas puede sobresalir.

Si tu ministerio depende de ti, estas en problemas. Busca cambiarlo ya. Un ministerio que no está desarrollando a otros líderes está destinado a fracasar. No seas egoísta. Invierte tu vida en otros para que ellos puedan llevar a cabo el ministerio y extender el reino de Dios.

Si he aprendido algo en el ministerio, es que mientras mas líderes tengo a mi lado, mejor es mi ministerio. La inversión que haces en la vida de otro líder —mentoreando, ensenando, capacitando, discipulando—tendrá un impacto en la vida de muchos mas.

Tenemos que ser líderes que lanzan a otros; líderes que buscan formar siervos que hacen la obra de Dios mejor que nosotros mismos la podemos hacer.

¿En quién(es) estás invirtiendo tu vida?

(Foto por Matt Biddulph)