No es un secreto que vivimos en un mundo ruidoso. Nuestros jóvenes estan bombardeados con información cada segundo de cada día.

Cada dos días los seres humanos creamos la misma cantidad de información que se había creado desde el comienzo de la historia del mundo hasta el 2003 (comparte este dato en Twitter). En otras palabras, hay un montón de ruido en nuestro mundo.

Es fácil observarlo. En el tiempo en que yo empezaba a escribir hasta terminar este párrafo de esta entrada, he recibido por lo menos 2 correos y 2 mensajes en Facebook. Hay una notificación en mi teléfono y otra en mi computadora. ¿Cuantos mensajes recibes cada día?

Es un hecho, también, que nuestros jóvenes son aun mas conectados que nosotros. Aunque creo que la conectividad nos facilita las oportunidades de ministrar a la juventud, creo que también, hace difícil obedecer el mandato que vemos en Salmo 46:10.

«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.
¡Yo seré exaltado entre las naciones!
¡Yo seré enaltecido en la tierra!»

Es un hecho que Dios quiere que pasemos tiempo en silencio.

Pero no nos resulta fácil hacerlo. Haz un experimento: pon un alarma de 5 minutos y siéntate en silencio meditando en Dios. Si tienes que hacer algo, lee el Salmo 19. Pero no hagas nada mas en estos 5 minutos. No hables con nadie. No pienses en lo que vas a hacer después. Solo siéntate en silencio.

Para mi es muy difícil sentarte quieto por mas de 2 minutos. No soy bueno para obedecer Salmo 46:10.

Apuesto que a tus jóvenes les cuesta trabajo sentarse quietos 2 minutos, también. Y nuestro enfoque muchas veces en la iglesia no ayuda a tener estos momentos de tranquilidad. Nuestras reuniones estan llenas de actividad y ruido. Hasta nuestros “retiros” tienen un programa tan ocupado que no hay tiempo para “quedarnos quietos y reconocer que El es Dios.”

Te reto a buscar momentos de silencio y tranquilidad en tu propia vida esta semana. Dios los puede usar de gran manera para ayudarte a concentrarte en El.

También, te invito a incluir unos momentos de silencio en tu reunión juvenil esta semana. Tus jóvenes necesitan estar quietos y reconocer que nuestro Dios es el Dios de toda la tierra. Es nuestra responsabilidad enseñarles esta parte de la vida espiritual.