Mi esposa me dejó en frente del sitio de taxis, y me señaló uno de los choferes. Le pregunté, “¿Cuanto cuesta llevarme al aeropuerto?” Me respondió, “190 pesos”. Entonces me subí, pero no sabia que Dios había planeado esta cita divina.

Después de hablar un poco acerca del precio de la gasolina y como los taxis no han subido sus precios por 2 años, continuamos hacia el aeropuerto, y sabia que nos quedaba aproximadamente 45 minutos para llegar.

Justo antes de llegar al punto donde estaba todo el trafico, mi nuevo amigo me dijo que no había trabajado toda la semana anterior porque el taxi se le descompuso y tuvo que arreglarlo. Era obviamente afectado por haber perdido una semana de trabajo y comentaba como se le estaba juntando las cuentas. Sus pensamientos estaban afectando su actitud acerca del trafico y continuaba quejandose acerca de casi todo.

Yo hablaba con el mientras oraba que nuestra conversación nos llevaría a cosas mas importantes. El trafico estaba muy pesado, y esto me dio tiempo para conocerlo un poco mas.

Su nombre era Jose Guadalupe, pero sus amigos le dicen “Lupillo.” Era originalmente de Guanajuato, pero vivió en Detroit por 2 años y tiene familiares en Florida, pero ha estado en el Distrito Federal casi toda su vida. Mientras hablaba Lupillo, yo observaba su San Judas en el espejo pensando en su vida espiritual.

Cuando llegamos a la terminal, sentía un fuerte deseo de pedirle a Lupillo si podría orar por el. No es mi costumbre orar con los choferes, pero le pregunte si pudiera orar con el. Con una mirada un poco confundida, acepto mi invitación, y ore pidiendo a Dios que le diera bendiciones y suficiente trabajo esta semana para recuperar lo que perdió la semana pasada. También le pedí a Dios que le diera paz en medio de las circunstancias.

Pague la cuota, me baje del taxi, y se fue Lupillo. Tal vez nunca vuelva a verlo, pero mi oración es que pueda encontrar lo que esta buscando en Jesús, y que alguien mas le de agua a la semilla que pude sembrar. También mi oración es que alguien pudiera hablar con el sobre la Palabra de Dios y como puede afectar su vida.

¿Que Tiene que Ver esta Historia Contigo?

Algo que Dios me ha estado enseñando últimamente es que sembrar el evangelio es un proceso. Algunos siembran. Otros riegan. Y otros estan cuando Dios da la cosecha. Tenemos que estar dispuestos a hacer cualquiera de las tres cosas, y no siempre podemos hacerlas todas al mismo tiempo.

Por favor, ayudame a orar por Lupillo. Mi oración es que algún dia lo vuelva a ver. También, te pido que estés dispuesto a hablar con los que están a tu alrededor hoy. No sabes como puedes impactar a alguien mientras andas haciendo tus tareas cotidianas. Tampoco sabes lo que Dios te puede enseñar en cada encuentro que tienes.