Este artículo fue escrito por Rafael Araiza Sanchez, un buen amigo y estudiante de ministerio juvenil en el Seminario Teológico Bautista Mexicano.

Para el contexto de este artículo, sugiero que leas los siguientes pasaje: Mateo 17:14-21; 18:1-5.

En ocasiones puedo verme reflejado en los doce discípulos, y no porque me crea de lo mejor, sino todo lo contrario, cuando cometo errores como ellos lo hicieron.

A veces pasa como ellos, quienes quizá pensaron que como Jesús ya les había dado poder, autoridad para sanar y liberar, ya el esfuerzo iba a ser mínimo, “al cabo Dios es quien lo va a hacer.” Éstos se confiaron, vemos en Mateo que dice “Jesús reunió a sus doce discípulos. A cada uno le dio poder para expulsar malos espíritus y para sanar toda clase de enfermedades” (10:1 BLA)

¿Qué salió mal? ¿Qué no hicieron bien?

  1. Les faltó FE – ¿Qué pasó, por qué fracasamos? Y el Señor Jesús les dice “porque les faltó fe”. Noten que no se exige la fe de Abraham, no se exige la fe de Elías, no se exige la fe de Moisés, no se exige la fe de los héroes y heroínas de las Escrituras, simple y sencillamente dice “si tuviereis fe como un grano de mostaza”.

    Si nosotros queremos nutrir, enriquecer, crecer en nuestra confianza en la presencia de Dios, necesitamos regresar a las Escrituras, no leerlas para enseñarlas o predicar, sino leer para nuestro propio provecho.

    “¿Por qué no pudimos?” preguntan los apóstoles. El Señor Jesús les responde fracasaron porque les faltó fe, confianza en Dios.

  2. Les faltó disciplina – No solo les faltó fe, les faltó disciplina. Me imagino a Jesús diciéndoles “ustedes pensaron que podían enfrentar a Satanás y sus demonios, separados, distantes de mi.”

    Hermanos, el pastorear vidas no sólo es algo hermoso, sino también es una lucha y no podemos obtener dirección en independencia de Dios, no se puede.

    Entonces ¿por qué fracasamos? Les faltaron las disciplinas cristianas, les faltó oración, les faltó dependencia de Dios.

    Yo no sé si usted tenga preguntas que quisiera hacerle a los grandes hombres y mujeres de la Biblia. Tengo muchas preguntas para muchos de ellos, y una de esas preguntas es para los apóstoles, específicamente a esos nueve. Y estoy casi seguro de su respuesta: tenían buen tiempo que estos discípulos no hacían su devocional, no tenían un tiempo con Dios. Parece que tenían un largo tiempo, de que no habían entendido el Salmo 51 “Dios ama la verdad en lo íntimo”, no habían entendido el Salmo 46:10 “estad quietos y conoced que yo soy Jehová”. Tenían tiempo que no lo hacían.

    Cuando se les presenta la oportunidad, fracasan. Jesús nos sentenció a todos, sin excepción y dijo “Separados de mi nada podéis hacer” (Jn. 15:5). En independencia de Dios, todos nuestros esfuerzos resultarán en vano.

    Fracasaron porque les faltó disciplina, dejaron de orar, dejaron de leer las Escrituras, se negaron al ayuno, se negaron a depender de Dios y el resultado fue el fracaso.

  3. Falta de humildad – Jesús el Señor les dice, “hay algo más que les faltó. No solo les faltó fe, no solo les faltó disciplina, les falto humildad”. Sabe qué les dice Jesús “no hay nada bueno en que pierdan su tiempo en discusiones estériles” ¿Quién es el más grande en el reino de Dios? ¿Quién predica mejor? ¿Quién ministra mejor a los jóvenes? ¿Qué ministerio juvenil tiene mejores actividades? Cuando entramos a esas discusiones, Jesús dice “no hay ninguna virtud en eso”. No discutamos eso.

    Eso dice Jesús “revela un corazón orgulloso, exhibe un corazón lleno de soberbia” y pone el ejemplo de un niño ¿No les parece maravilloso? Creo que a más de uno Jesús nos vuelve a recordar dónde debemos tener los pies, y luego fracasamos porque nos faltó humildad, sencillez. Dependencia de Dios.

    Si los apóstoles lo pidieron en el nombre del Señor ya teniendo autoridad ¿qué le costaba al Señor sanar a ese joven? Nada, y no es que sólo quisiera magnificar la obra de su Hijo Jesucristo, pero a los apóstoles les faltó todo lo que conlleva la autoridad para realmente hacerlo.

¿Cuándo fue la última vez que pedimos Palabra de Dios para predicarla y no nos fue dada?

¿Cuándo fue la última vez que estuvimos separados de Dios?

¿Cuándo fue la última vez que nos faltó una de estas disciplinas?