Si la idea de un ministro de jóvenes o el concepto de los ministerios juveniles son cosas relativamente nuevas en la cultura latina, la idea de que un pastor o ministro de jóvenes trabaja con los padres de la familia es algo muy sorprendente para muchos. Tradicionalmente, el ministerio de la iglesia con los jóvenes se ha enfocado el los jóvenes mayores, y usualmente, el ministerio es de los mismos jóvenes para si mismos.

Sin embargo, para poder ministrar efectivamente a los adolescentes y jóvenes, debemos ministrarles en el contexto de sus familias. No podemos reemplazar a los padres,ni es nuestra intención como ministerios juveniles. Nuestro trabajo es ir al lado de los padres en la formación de sus hijos.

Sabemos que la adolescencia es un periodo de crecimiento de dependencia a independencia, y este crecimiento le causa mucha tensión a las relaciones de la familia. Una relación desagradable entre el joven y sus papás producirá problemas en la vida espiritual de todos.

Como Dios estableció a la familia como una parte crucial de su plan para la humanidad, se debe esperar que el enemigo la ataque fuertemente en su estrategia para destruirnos. Se ve claramente en las familias de hoy en dia. El divorcio, infidelidad, abuso, y otras cosas son muy comunes en nuestra sociedad. La familia, que Dios creó con propósitos buenos, se ha convertido en tierra fértil para la destrucción de vidas.

Es la responsabilidad de la iglesia ayudar a la familia a tener éxito. Un compromiso estratégico a las familias es una parte legitima del llamado de todo ministro de jóvenes.